Descripción
La literatura sobre Simone Weil presentaba hasta ahora una laguna: su vida y su obra nunca habían sido estudiadas desde el punto de vista judío. El retrato de Simone Weil trazado por Paul Giniewski responde, por tanto, a una necesidad.
Este libro revela un aspecto ocultado de la filósofa muerta en 1943, y cuyo <genio> y <santidad> han sido posteriormente objeto de un amplio análisis. Sin embargo, a Simone Weil no le gustaban los judíos y odiaba a la judía en ella. Se expresó con gran dureza sobre el Antiguo Testamento, el pueblo y el Dios de Israel: <Los judíos, ese puñado de desarraigados , han causado el desarraigo de todo el globo terrestre.– La maldición de Israel pesa sobre la cristiandad. Las atrocidades la Inquisición, los exterminios de herejes e infieles, todo eso era Israel… Romanos y hebreos han sido admirados, leídos, imitados en los actos y las palabras, y citados cuantas veces convenía justificar un crimen …>.
Pero, ¿de qué se ha alimentado el odio a uno mismo de Simone Weil? Tenía sobre el judaísmo una ignorancia poco común, y las razones de su anti-judaísmo son más psicológicas que intelectuales.
Simone Weil es un caso-límite, trágico por su intensidad, de los efectos perniciosos de la asimilación de los judíos a sus entornos. La aventura espiritual de Simone Weil incluye, por tanto, una lección que la supera. Los minoritarios que quieren fundirse en las mayorías y las mayorías que quieren imponer la totalidad de su herencia cultural a las minorías podrán meditarla. Enseñar <nuestros antepasados los galos> a los malgache, como a los judíos de las orillas del Sena, constituye el mismo error y engendra males equivalentes.
¿Libro aclaratorio contra la imagen de Simone Weil? Seguramente. <Una nota falsa en un concierto>, constata su autor. Pero, si se deben consideraciones a los vivos, escribió Voltaire, a los muertos sólo se les debe la verdad.