Descripción
“Por decreto de los Ángeles y palabra de los Santos proscribimos, separamos, maldecimos y anatematizamos a Baruch de Spinoza con todas las maldiciones de la Torá.” Así comenzaba la excomunión dictada contra un joven sefardí que vivía en Ámsterdam. Escritor maldito, durante generaciones, hoy parece que todo el mundo se lo disputa.
Los judíos, sin embargo, se mantienen a distancia y no porque pese aún la vieja excomunión, sino por su panteísmo. En efecto, tachada de panteísta por unos y de producto marrano por otros, la obra de Spinoza sigue siendo controvertida. A esas teorías se enfrenta el autor de este libro con osadía y rotundidad para decir que la obra spinoziana no es ni una cosa ni otra, sino que entronca con la más pura tradición intelectual hispano hebrea (Maimónides o Gabirol). Para Beltrán no hay rastro del mencionado panteísmo, sino un esfuerzo colosal por acabar de pensar el monoteísmo que aquéllos iniciaron, demostrando cómo la sustancia de la Ethica se corresponde con el Dios del Tractatus. Este libro mina los tópicos panteístas de unos y marranistas de otros tan sostenidos hasta ahora. Este es, pues, un libro para el debate.