Descripción
Nuestros contemporáneos de los países del mal llamado “Primer Mundo”, aburridos y tristes en su abundancia, se deslizan por la existencia como seres atrapados en una rueda de hastío. Pareciera que no aman la vida, que no saben vivir, simplemente porque no tienen, ni encuentran (quizás ni buscan) razones para vivir. Otros contemporáneos (millones en los países del que ya no se quiere llamar “Tercer Mundo”), aplastados por el hambre y el subdesarrollo, están como atrapados en una rueda generadora de miseria. Vivimos alienados en una sociedad que produce una progresiva cosificación de la existencia, ya sea por exceso de “cosas”, o por defecto. ¿Nos extrañamos de que esto ocurra? Estamos recogiendo los frutos de una civilización del despilfarro, de la fetichización del crecimiento económico… No pocos críticos de la sociedad actual presentan al hombre contemporáneo enajenado en un sistema tecnoburocrático, inmerso en la sociedad de consumo, en el Nuevo Orden Mundial y la Globalización, constreñido en su libertad y sin posibilidades de realizar un proyecto verdaderamente humano. Frente a esta realidad, algunos aceptan, resignados, vivir en el delicioso aburrimiento de la sociedad de consumo. Otros, como Ezequiel Ander-Egg, apuestan por la esperanza, pese a todo, frente a todo, contra todo. Para quienes renuncian o abdican de la tarea insoslayable de ser persona, nada encontrarán en esta obra; para quienes la realidad de este mundo es un espectáculo descorazonador, este libro es un ingenuo mensaje de esperanza. Pero, para los que piensan que el hombre es dueño de su destino (o debe llegar a serlo), que cada uno de nosotros puede ser un factor de esperanza y de cambio, éste es un libro sugerente, inagotable e inspirador.
