Descripción
Arriba, sobre la hierba, se desatornillaban las cubiertas en forma de seta de los ventiladores,
y si dejaban caer por los conductos los cristales de cianuro. Poco después se empezaban
a notar los efectos de gas en el interior, escuchándose una gran agitación; gente empujándose
unos a otros en su camino hacia la salida, cómo arañaban en la puerta al no poder salir; como
se mataban unos a otros en su desesperación. El final tardaba en llegar entre cinco y quince minutos,
según las condiciones atmosféricas.