Descripción
EL PUEBLO QUE NO SABIA REIR
Como ráfagas de viento que se llevan las hojas en la tormenta, así aparece esta nueva serie de relatos: como ráfagas que se colarán por las rendijas de tu corazón. Entonces, al calor de tu hogar, de tu cadiera particular, los vas deshojando, hoja a hoja. Quién sabe si comenzarás por buscar ese pueblito que tiene la desgracia de no saber reír, o sonreirás, melancólico, con los recuerdos del abuelo asturiano y las travesuras de trasgus y diañus. Son pequeñas novelas, relatos en los que, sobre todo, impera el sentimiento sobre lo demás. Historias que, espero, te divertirán pero que también te entristecerán al ponerte en la piel de Luisón, por ejemplo, esperando conocer su estrella. Enredos que, asimismo, te indignarán y comprobarás que no son tan ajenos a nuestra realidad, como en el caso del «político que no sabía mentir». En lo que sí confío es en que tus emociones salgan a flote. Igual que las hojas que arrastra el viento, desearía que te sintieras empujado/a por ese ramillete de sentires que forman el amor, la inquietud, la turbación, el escalofrío, la serenidad, la risa, la ira, la ternura, el dolor, el afecto, la delicadeza o el encanto y que, solo con ellos, te sientes vivo/a.