Descripción
Una relectura del Manifiesto al servicio del personalismo después de diez años intensos, apretados de historia y fuertes polémicas. Confirma su fondo, pero modifica su orientación. A raíz de algunos acontecimientos vividos y de la reflexión sobre los consiguientes compromisos, Mounier se pone en guardia contra las propias tentaciones puristas, idealizantes y anarquizantes, y hace un esfuerzo por dejarse enseñar por el movimiento de la historia. La apuesta por una convergencia entre el realismo personalista y un marxismo abierto, que reanuda la inspiración positiva de Marx, es su principal consecuencia. El enfrentamiento cristiano se enmarca en un diálogo con Nietzsche, en el que Mounier ha dado lo mejor de sí mismo.
Este pequeño libro es el fruto de una larga estancia de Mounier en Dieulefit, durante la ocupación nazi, al salir de las cárceles y tras ser juzgado por el régimen de Vichy.
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