Descripción
No hay libro sin lector, como no hay dardo sin blanco en el incoarse palpitante, ni navío sin mar para surcarla. Y pues el libro es para lector, justo será que éste tenga un cabal conocimiento de aquél: su porqué, cómo y donde cuándo, sus designaciones, posibilidad y virtudes, los enemigos que preminentemente lo acechan y amenazan…
Es el libro un tesoro precioso, por su doble condición de objeto material y de guardián depositario del pensamiento a las ensoñaciones de los hombres.
Las páginas que van a seguir, contarán con sencillez, pero con amorosa admiración, no exenta de apasionada ternura, lo que un lector agradecido debe saber, acerca y por lo menos, de quien, ya hace muchos siglos, se dijo y se repite, que es nuestro mejor amigo. Discreto y silencioso, siempre dispuesto a nuestro servicio y recreo, dándolo todo sin pedirnos nada. Por ello en el día que festejamos a los libros, hemos querido ofrecerles un mínimo de tanto como generosamente nos han dado, tratan de hacerlos más familiares y conocidas, entre quieres interesada o amorosamente los frecuente. (del Prologo),