Descripción
Puede decirse que el autor pasó la mayor parte de su vida activa en estrecho contacto con la Naturaleza: En su temprana adolescencia, por los montes, prados y valles de su Cañada de Verich natal; posteriormente, ya ingresado en la Armada, navegando con la Lancha Torpedera LT-27, el cañonero «Vicente Yáñez Pinzón», el minador «Neptuno» y el crucero «Galicia» por los mares que circundan España; más tarde, a bordo de los barcos mercantes griegos «Merlín» y «Manhattan» surcando, en viajes de ida, vuelta y revuelta, los océanos Atlántico e Índico. Cuando «fondeó» en Madrid, buscaba siempre, con la excusa de practicar la caza, poder deambular por trochas, barbechos, colinas y barrancos, como contrapunto equilibrador y compensador del ajetreo y la vorágine —del no vivir viviendo— que son consustanciales a toda gran ciudad. Este haber sido espectador de primera fila en el magno espectáculo que, con todo su abanico de variantes —niebla, sol, lluvia, tormenta o nieve— pone en escena la madre Naturaleza, seguramente se trasluce y vislumbra en algunas de estas narraciones cortas que ahora ven la luz por vez primera.