Descripción
El Talmud, ese mundo inmenso de sabiduría y sensibilidad, es obra del espíritu de un pueblo. Miles de hombres, de distintas épocas y mentalidades, construyeron con su fe y con su lógica ese edificio enorme de comentarios y enseñanzas que ha sido cobijo, luz, alimento y norma para la vida judía durante siglos.
Anónimos en su mayoría, profundamente humanos, sentados en la realidad de lo cotidiano, sencillos y diferentes, esos hombres “se ocuparon de la Torá”, la estudiaron, la interpretaron y debatieron de manera viva y sostenida, con una dialéctica particularísima, con frecuencia enfrentada, pero presidida siempre por el mismo e intenso amor a la Torá y una decidida preocupación por el hombre. De esa inquietud vital, impregnada de lo divino y de lo humano, surgió ese riquísimo tesoro de coherencia, de fuerza ética, de amor a Dios y de respeto al hombre.
De esos miles de maestros -a los que la tradición judía llama amorosamente “nuestros Sabios”-, algunos burlaron el anonimato. De ellos habla este libro.