SENTIDO Y RAZÓN DEL DERECHO

Descripción

«Así las cosas, después de un conocimiento enhebrado a lo largo de distintas iniciativas, la editorial Hacer de Barcelona se hace cargo de continuar con la difusión de «Sociedad-Estado» y el presente es el primer volumen que ella ha aceptado publicar. Confío que la relación se mantenga y puesto que quienes impulsan la editorial son personas que vienen de historias de luchas sociales y políticas, debe descontarse que no haya sido un espíritu de utilidad material el que ha guiado la aceptación de acompañarme en esta aventura…»

«Frente a semejante cuadro se explica que la cultura jurídica vuelva a, o se mantenga dentro de, los rígidos parámetros del normativismo. Únicamente el derecho positivo y, sobre todo, las normas que lo configuran pueden ser objeto de conocimiento para el jurista. Nada que no forme parte de una lógica del derecho formalista, como tentativa de aplicar a sus intereses los esquemas de la inferencia matemática y el modelo de la certidumbre científica en la argumentación jurídica o de una lógica deóntica que pretende corresponder a las modernas transformaciones de los ordenamientos jurídicos cuando la síntesis abstracta (le lo general y de lo concreto resulta. in-suficiente para contener la complejidad de los movimientos de la sociedad, pueden constituir medios para el conocimiento jurídico. Tal tipo de evolución en el conocimiento jurídico, si bien conlleva a un perfeccionamiento en la técnica de comprensión de los ordenamientos reguladores, también refleja esencialmente una desvaloración de los contenidos normativos, ausentes de motivaciones políticas o éticas. Las filosofías analíticas del derecho concuerdan precisamente en esa clase de desvinculación, en la autonomía científica de una disciplina que únicamente debe ocuparse de una realidad y de un universo normativo, poseedor incluso de un uso preceptivo del lenguaje a través del cual el mundo de las normas se distancia del mundo de los sucesos que están destinados a caer bajo sus enunciados. Debe convenirse, en consecuencia, que éste es el tipo específico de conocimiento jurídico idóneo a la separación entre derecho y realidad social; por tanto, útil a las formas de la dominación política que, haciendo énfasis sobre la idea de que el derecho es el conjunto de reglas que generalmente se llaman jurídicas porque de alguna manera están vinculadas con la fuerza organizada del Estado, tratan de presentar a éstas desligadas de todo PI político.

La cultura jurídica en España, recipiendaria de unas metodologías jurídicas elaboradas por teóricos no españoles que desconocen el proceso histórico más reciente de la sociedad española, se ha afiliado de modo preponderante a esas filosofías analíticas del derecho. Los debates que aparecen promovidos en el seno de la comunidad de iusfilósofos están más relacionados con problemas de la estructura y la racionalidad del ordenamiento jurídico que con aquellos otros que puedan poner al descubierto el origen de las normas que lo constituyen; es evidente, por ejemplo, el abandono por los teóricos de un tema como el de las fuentes del derecho. El resultado de esta situación es el desplazamiento o la eliminación de otras formas de conocimiento meta-normativo de lo que es el derecho. En consecuencia, no puede haber espacio para la enseñanza de la sociología jurídica…» (De la PRESENTACION: LA SOCIOLOGÍA JURÍDICA EN ESPAÑA: MÁS FRUSTRACIONES QUE ESPERANZAS de Roberto Bergalli).