Descripción
El nombre de la Inquisición todavía en la actualidad causa espanto, al evocar toda clase de torturas, autos de fe, hogueras y muertes en general. Reyes y Papas se valieron de este Tribunal de la Santa Fe para despojar a sus enemigos de sus bienes, especialmente judíos y paganos, bajo el pretexto de castigar a su herejía y purificar por el tormento y el fuego las almas de quienes entregaban a manos del verdugo. En efecto, la historia de la Inquisición consiste en una serie de códigos inhumanos, en una instrucciones desgarradas y dirigidas sucesivamente a los tribunales del Santo Oficio por cada uno de los grandes Inquisidores, entre los que figura por derecho propio de maldad Tomás de Torquemada; como dicen algunos historiadores, hijo de Satanás.
En esta obra se estremecerá el lector ante las torturas y los perversos procedimientos que Torquemada y sus sucesores infligieron a los desdichados que cayeron en manos de la Inquisición.
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